Muchas veces en nuestras vidas pasamos por problemas diarios, situaciones complicadas y demás asuntos cotidianos en los cuales pasamos y en muy poco tiempo ya no nos acordamos. Esto no ocurre cuando alguien fallece. La muerte causa aun en el ser humano una inquietud (normalmente pasajera, eso si) que aunque sea por poco tiempo nos hace portarnos prudentemente por el miedo que este tipo de noticias nos causa.
Aunque no sea cercano a ti el hecho de saber que algún pariente o conocido lejano ha fallecido siempre me causa una extraña sensación en la tripa. Esto ocurre porque somos una generación que tiene la muerte como algo lejano e inexistente en nuestras vidas. Planeamos el futuro, deseamos, luchamos, vivimos y dejamos constantemente las cosas para otro momento ignorando que todo en algún momento acudiremos a esta ineludible cita. El ya no estar vivo.
¿Que ocurrirá cuando ya no lo estés? ¿Que pasará con todo lo que has adquirido, con todo lo que has luchado y todo aquello por lo que te has afanado?
Pienso que debemos vivir y soñar, luchar por todo lo que queramos siempre.
Ante la noticia de la muerte de un conocido me he puesto a pensar que ocurriría si en este momento dejo de estar aquí. Di muchas vueltas y llegué a la conclusión que cuando llegue este momento mis deseos, sueños y yo seremos lo menos importante.
Pero no quería que así fuese y decidí dar sentido a mi muerte: Me he hecho donante de órganos.
Esta era una decisión para mi impensable hace unos años, por toda la leyenda urbana que circula por ahí diciendo que si eres donante de órganos los médicos no se esfuerzan lo suficiente para salvarte, que trafican con tu órganos y miles de sandeces que uno escucha en conversaciones en las reuniones familiares y demás. Haciendo caso omiso a mis propios pensamientos me topé con un anuncio de donación de órganos en la tele. Había visto a algunos famosos en Tele 5 hablando de partes de su cuerpo, pero hasta la fecha no le había prestado ninguna clase de atención al anuncio. Hoy si. Será por las noticias de fallecimientos tan seguidos de conocidos lejanos o porque me estaré haciendo mayor, pero la cosa es que cuando yo ya no pueda soñar, luchar, amar, desear, quiero que otra persona lo pueda hacer a través de mi.
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